dijous, 11 d’abril del 2013

Pensando en voz alta

Es raro que sólo recurra a mi blog para desahogarme, para soltar lo que quizá no diría pero que acabaría diciendo. Curiosamente prefiero que decenas de lectores anónimos, desconocidos, sepan de esto yo que no muestro tan fácilmente que los que, por lo contrario, conocen mi yo menos este yo. Uf, que repetitiva.
Estoy estancada, pero en mí, no con el mundo. Estancada con el mundo ya lo estuve hace poco, los sucesos tan rápidos e impresionantes que me ocurrieron hicieron que me saturara y, lo reconozco, fui borde, desagradable, repelente y cerrada. Luego, algo, me sacó de ese huracán interpersonal en el que me encontraba mas no recuerdo que fue ese algo.
Pues ahora me encuentro de nuevo mentalmente cerrada, me refiero en el momento en que dialogo con mi misma (todos lo habeis hecho alguna vez, no estoy loca) me veo atascada en un punto que no consigo aclarar.
Para variar podriamos llamarle tema amor, como siempre, y sobretodo en esta edad, es el problemático. Vamos a ver, yo era libre como una perdiz pero va un cazador y decide tenerme de compañía. Claro, esta perdiz tenía un nido con cascaras rotas hecho, pero abandonado fisicamente porque en los recuerdos perduraba. El cazador le prometio que nada de jaulas, que podría verse con otros animalitos y que la cuidaría mucho. El problema sucede cuando la perdiz se encuentra la ventana cerrada, no esta ni enjaulada ni nada pero no puede salir. Su vida se dedica al cazador pero el cazador tiene otras tareas a las que atender. Asi que la situacion es: la perdiz por el cazador y el cazador por sus tareas. ALGO FALLA!
Pues hay que estudiar estos sucesos, como evolucionaran y a ver que pasa.
Tengo la prioridad de no tratar como prioridad a quien no me trata como prioridad.
Sin esfuerzo no hay recompensa, y si hay esfuerzo sin recompensa tampoco está bien.
Ya valorare si vale mas la pena quitarme cosas o igualarlas. Las cosas son como son.